jueves, 16 de marzo de 2017

El campo pierde trabajadores en Nicaragua

Mientras Nicaragua continúa expandiendo la actividad agropecuaria —principal sustento de su economía— cada vez es más frecuente que labores cotidianas como chapodar un potrero, ordeñar las vacas o cortar el café enfrenten dificultades para conseguir mano de obra, especialmente cuando la contratación es temporal.
“Solo en la actual cosecha se perdieron doscientos mil quintales de café porque las condiciones climáticas provocaron una maduración generalizada y no hubo suficientes cortadores cuando se necesitaron”, asegura Aura Lila Sevilla Kuan, presidenta de la Alianza Nacional de Cafetaleros de Nicaragua (ANCN). “En el caso de la ganadería también tenemos dificultad para realizar diferentes actividades, principalmente las temporales como chapodar los potreros, ensilar el pasto y en algunos casos hasta para el ordeño de las vacas. Ahora, en lugar de poner a varios empleados a chapodar los potreros se pone a uno a fumigar y algunos están optando también por las ordeñadoras mecánicas”, detalla el presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), Álvaro Vargas. “De hecho cuando nos dimos cuenta que empezábamos a tener problemas para encontrar mano de obra en algunos sectores fue que empezamos a mecanizar y también por eso es que se ha venido aumentando la mecanización. El problema más fuerte se dio en el ingenio de Rivas por su cercanía con la frontera ya que la gente emigraba a Costa Rica”, admite por su parte el gerente general del Comité Nacional de Productores de Azúcar (CNPA), Mario Amador Rivas.

¿Problema estructural?

Sevilla Kuan difiere de Castillo y atribuye la escasez de mano de obra a causas estructurales y culturales, en vez de salariales. Y lamenta que las familias campesinas terminen formando los círculos de pobreza que rodean las zona urbanas. “Es una dura realidad, pero los campesinos llegan a vivir a los asentamientos y sus hijos terminan siendo prostitutas, delincuentes o mendigos. Hay que hacer un análisis estructural para buscar solución a este problema”, advierte. Amador Rivas tampoco considera que este “sea un asunto de salarios” ya que en los ingenios locales hay sueldos “similares e incluso mejores” a los de los países vecinos”. Este sector tiene unos treinta mil empleados permanentes y durante los seis meses de zafra solo contratan a unos cinco mil temporales para la siembra o corte de la caña. Por ser una cantidad reducida en comparación con los requerimientos de otras actividades, no les resulta tan difícil encontrarlos. “En realidad ahí hay un problema cultural, la gente cree que al emigrar va a encontrar mejores condiciones y por eso se va a probar suerte, entonces no es un problema salarial sino de percepción.

 Fuente; http://www.laprensa.com.ni/2017/03/16/economia/2199384-campo-pierde-trabajadores-nicaragua

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